Nombre científico.
Panthera onca.Nombre común.
Jaguar, Yaguar, Yaguareté
El yaguar, yaguareté o jaguar (Panthera onca) es el felino de mayor tamaño de América y el tercero en el mundo sólo por debajo del Tigre y el León.
El origen del nombre más usual proviene de la palabra guaraní yaguá-eté que significa «parece perro»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban la palabra yaguá para referirse al mayor superpredador americano, es decir al yaguar, pero ante la presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos el término guaraní yaguá pasó a significar perro en tanto que fiera o animal feroz por antonomasia (actualmente se aplica este término en guaraní a cualquier perro).
Habita principalmente las zonas selváticas, donde es el mayor predador junto al caimán. En sus zonas nativas recibe diferentes denominaciones en español como jaguar, yaguareté, yaguar, nahuel, otorongo, onza, ocelote (los aztecas lo llamaban tlatlauhquiocélotl), tigre o tigre americano, pero la primera es la más común. El origen del nombre más usual proviene de la palabra guaraní yaguá-eté que significa «parece perro»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban la palabra yaguá para referirse al mayor superpredador americano, es decir al yaguar, pero ante la presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos el término guaraní yaguá pasó a significar perro en tanto que fiera o animal feroz por antonomasia (actualmente se aplica este término en guaraní a cualquier perro).
La Panthera onca es el mayor de los felinos de América, midiendo entre 1,10 y 1,90 m de longitud en su etapa adulta; puede llegar a medir 80 cm de altura en la cruz, y pesar normalmente entre 57 y 113 kg, e incluso hasta 150 kg en algunos casos. Posee la estructura mandibular más poderosa de todos los felinos, y el mayor peso relativo de la cabeza, lo que le proporciona su perfil característico.
Aunque se asemeja mucho en apariencia al leopardo o pantera del Viejo Mundo (Panthera pardus), con el cual se encuentra emparentado, su papel ecológico y comportamiento son más acordes a los del tigre (Panthera tigris), puesto que son predominantemente terrestres y carecen de predadores o competidores naturales, al ser el resto de los felinos americanos significativamente más pequeños.
Taxonomía.
Panthera onca, es el único miembro del género Panthera existente en la actualidad en América. Pruebas de ADN muestran que el león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris), el leopardo (Panthera pardus), el jaguar, el leopardo de las nieves (Uncia uncia) y la pantera nebulosa (Neofelis nebulosa) comparten un antepasado común y que este grupo tiene una edad de entre seis y diez millones de años;[19] el registro fósil indica que la aparición de Panthera se produjo hace entre 2 y 3,8 millones de años.[19] [20] Generalmente los estudios filogenéticos han demostrado que la pantera nebulosa es la especie basal de este grupo.[19] [21] [22] [23] La posición de las especies restantes varía entre diversos estudios y en la práctica permanece sin resolver. Basándose en pruebas morfológicas, el zoólogo británico Reginald Pocock llegó a la conclusión de que su pariente más cercano era el leopardo.[23] Sin embargo, las pruebas de ADN no son concluyentes y su posición en relación a otras especies varía de un estudio a otro.[19] [21] [22] [23] Fósiles de especies extintas de Panthera, como por ejemplo el jaguar europeo (Panthera gombaszoegensis) y el león americano (Panthera leo atrox), presentan características propias tanto del león como del jaguar.[23] El análisis del ADN mitocondrial del jaguar indica que el linaje de la especie se remonta a entre hace 280 000 y 510 000 años, por lo tanto es más moderna de lo que sugiere el registro fósil.[24]
Subespecies.
La última descripción taxonómica de las subespecies de jaguar fue realizada por Pocock en 1939. Basándose en los orígenes geográficos y la morfología craneal, reconoció ocho subespecies, aunque no disponía de suficientes especímenes como para evaluarlas de manera crítica, y mostró sus dudas sobre el estatus de algunas de ellas. Sin embargo la división en subespecies de Pocock todavía se utiliza habitualmente en descripciones generales de este félido.[25]
Seymour relaciona ocho subespecies reconocidas:[26]
- P. onca arizonensis † (Goldman, 1932), sur de Arizona a Sonora, México.
- P. onca centralis (Mearns, 1901), Panamá y norte de Colombia.
- P. onca goldmani (Mearns, 1901), península de Yucatán a Belice y Guatemala.
- P. onca hernandesii (J. E. Gray, 1857), oeste de México.
- P. onca onca (Lineo, 1758): entre las cuencas del río Orinoco y el Amazonas.
- P. onca paraguensis (Hollister, 1914), sur de Brasil hasta la Pampa central de Argentina, incluyendo además a Paraguay y parte de Uruguay.
- P. onca peruviana (de Blainville, 1843), bosque tropical de Tumbes (costa) Perú y Ecuador.
- P. onca veraecruscis (Nelson y Goldman, 1933), Texas central al sudeste de México.
Panthera onca cuenta con dos subespecies extintas: Panthera onca augusta y Panthera onca mesembrina, ambas del Pleistoceno, habitaban América desde Chile hasta Estados Unidos, a estas dos subespecies se une Panthera onca arizonensis que fue erradicada en tiempos modernos.
huellas de Jaguar en barro
Indicador de peligro de
extinción.
Segun la Lista Roja de la UICN. La Panthera onca se encuentra clasificada como casi amenazada (NT o LR/nt). Categoría próxima a la amenaza o con posibilidad de ser calificada en una categoría de mayor amenaza en un futuro próximo.
En México, sus poblaciones se encuentran amenazadas, principalmente por la pérdida de hábitat y por la cacería furtiva. Aunque en la mayoría de los países en donde habita su caza es ilegal el jaguar se encuentra en peligro de extinción. Sus amenazas más importantes son la deforestación y la erosión de los suelos en los que habita.
La pérdida de hábitat es una gran amenaza para este felino. La selva tropical se destruye a pasos agigantados y se va transformando en prados donde las reses pastan. Al perder su hábitat los jaguares se quedan sin presas y se ven obligados a cazar animales de granja, cuando el granjero encuentra al jaguar normalmente lo mata.
La pérdida de hábitat reduce el territorio disponible para los jaguares, un estudio reveló que un macho necesita entre 50 y 100km² para él solo y así poder cazar, las hembras necesitan en torno a 25km². Si el espacio disponible permite que una población de x jaguares vivan allí cuando este número sea revasado los animales excedentes se quedan sin hábitat y se ven forzados a deambular kilómetros en busca de presas.
Alimentación.
Su hábitat varía desde la selva tropical de Centro y Sudamérica al campo abierto, pero muy rara vez son vistos en zonas montañosas, en donde predomina el puma (Puma concolor). Conocidos por su habilidad para nadar y trepar, generalmente prefieren vivir cerca de ríos, pantanos y en bosques frondosos con vegetación espesa para acechar a sus presas.
La Panthera Onca es un cazador solitario y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento; generalmente caza presas grandes como venados, tapires, carpinchos o pecaríes; aunque suelen atrapar cualquier animal, desde ranas y ratones a aves, peces y animales domésticos. En total el jaguar da caza a más de 80 especies (más que el león y el tigre). Puede cazar cocodrilos y enormes serpientes.
La Panthera Onca es un cazador solitario y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento; generalmente caza presas grandes como venados, tapires, carpinchos o pecaríes; aunque suelen atrapar cualquier animal, desde ranas y ratones a aves, peces y animales domésticos. En total el jaguar da caza a más de 80 especies (más que el león y el tigre). Puede cazar cocodrilos y enormes serpientes.
Jaguar cazando
Por otra parte, y a diferencia de otros felinos, son excelentes nadadores y están también adaptados para la caza de presas acuáticas y subacuáticas desde la superficie; en tales casos, las vibraciones de los peces, yacarés y tortugas les llegan nítidamente a través de sus patas y bigotes. El olfato del yaguar está muy bien desarrollado y puede detectar por el olor presas a bastante distancia, en tales casos abre la boca facilitando así una mejor llegada de las moléculas odoríferas a sus órganos olfativos. Posee también una poderosa mandíbula con sólida dentadura y fuerte efecto de palanca en los dientes caninos, que le permite romper los caparazones de tortugas y armadillos.
Reproducción.
Los machos jóvenes alcanzan la madurez sexual a los tres años de edad aproximadamente, y las hembras cerca de un año antes. Las hembras dan a luz hasta cuatro cachorros después de 100-105 días de gestación, pero no educan a más de dos. Los jóvenes pueden ver a las dos semanas de vida, permaneciendo con la madre por un tiempo largo, de hasta dos años, antes de comenzar a establecer un territorio propio, el cual puede medir entre 25 y 150 km² (dependiendo de la disponibilidad de presa adecuada). En cautiverio, pueden vivir hasta 20 años.
Conoce al nuevo miembro de esta especie en el Zoológico de Chapultepec.
Comportamiento social.
La Panthera Onca es un cazador solitario y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento.
Distribución y Habitat.
El hábitat de P. onca incluye las selvas húmedas de Centro y Sudamérica, zonas húmedas abiertas y de forma estacional inundadas, y praderas secas. De entre estos hábitats, el jaguar prefiere el bosque denso;[39] este félido ha perdido terreno más rápidamente en las regiones más secas, como la pampa argentina o las praderas áridas de México y el suroeste de los Estados Unidos.[1] Puede vivir en bosques tropicales, subtropicales y caducifolios secos. Está estrechamente relacionado con el agua y a menudo prefiere vivir al lado de ríos, pantanales y en junglas densas con mucha vegetación que le permiten asediar a sus presas. Se han encontrado jaguares a altitudes de hasta 3800 m, pero suelen evitar los bosques de montaña y no viven ni en la altiplanicie mexicana ni en la cordillera de los Andes.[39]
A la llegada de los europeos en 1492, el área de distribución de la P. onca era mucho mayor que en la actualidad; su límite septentrional se ubicaba en América del Norte, hacia el 35º de latitud N, encontrándose en parte de California, Texas y Nuevo México, en los actuales Estados Unidos; su límite meridional se encontraba hacia los 40º S, en Chubut, Argentina. Desde el siglo XV hasta la actualidad, El jaguar ha sido exterminado por el hombre fuera de las áreas más selváticas o inaccesibles.
En Argentina, hoy aun se encuentran ejemplares en las yungas, en la zona Chaqueña y en la Selva Misionera. En Texas apenas se encuentran unos pocos ejemplares en reservas cercanas a la frontera del Río Bravo. Su refugio más extenso se encuentra en la Selva Amazónica.
Originalmente habitaba desde la Patagonia hasta el sur de Estados Unidos, pero actualmente su distribución se ha reducido notablemente. Actualmente es visible en sitios poco habitados, cálidos de húmedos a subhúmedos, desde el estado de Texas (en EE.UU.) hasta el norte de Argentina.
En México, Centroamérica y norte de Sudamérica el jaguar solo habita los bosques colindantes con el Mar Caribe, sin embargo hay excepciones: en México todavía hay algunos en el estado de Sonora, también hay 50 ejemplares en la selva tropical del Pacífico costarricense.
Su distribución actual es muy fragmentada si se la compara con la distribución que tenía en la época colonial. Actualmente sólo es abundante en Centroamérica y en el Amazonas. Está extinto en Uruguay y en El Salvador, además su situación es crítica en numerosos países de su distribución.
Reproducción.
Los machos jóvenes alcanzan la madurez sexual a los tres años de edad aproximadamente, y las hembras cerca de un año antes. Las hembras dan a luz hasta cuatro cachorros después de 100-105 días de gestación, pero no educan a más de dos. Los jóvenes pueden ver a las dos semanas de vida, permaneciendo con la madre por un tiempo largo, de hasta dos años, antes de comenzar a establecer un territorio propio, el cual puede medir entre 25 y 150 km² (dependiendo de la disponibilidad de presa adecuada). En cautiverio, pueden vivir hasta 20 años.
Cuando la reproducción en cautiverio es exitosa, algunos zoológicos organizan concursos para nombrar a los nuevos integrantes.
Concurso “Ponle Nombre a la Amiga de Sicarú,
la Nueva Hembra de Jaguar Pinto"
la Nueva Hembra de Jaguar Pinto"
Conoce al nuevo miembro de esta especie en el Zoológico de Chapultepec.
Comportamiento social.
La Panthera Onca es un cazador solitario y no se relacionan con otros de su especie más allá de la época de apareamiento.
Distribución y Habitat.
El hábitat de P. onca incluye las selvas húmedas de Centro y Sudamérica, zonas húmedas abiertas y de forma estacional inundadas, y praderas secas. De entre estos hábitats, el jaguar prefiere el bosque denso;[39] este félido ha perdido terreno más rápidamente en las regiones más secas, como la pampa argentina o las praderas áridas de México y el suroeste de los Estados Unidos.[1] Puede vivir en bosques tropicales, subtropicales y caducifolios secos. Está estrechamente relacionado con el agua y a menudo prefiere vivir al lado de ríos, pantanales y en junglas densas con mucha vegetación que le permiten asediar a sus presas. Se han encontrado jaguares a altitudes de hasta 3800 m, pero suelen evitar los bosques de montaña y no viven ni en la altiplanicie mexicana ni en la cordillera de los Andes.[39]
A la llegada de los europeos en 1492, el área de distribución de la P. onca era mucho mayor que en la actualidad; su límite septentrional se ubicaba en América del Norte, hacia el 35º de latitud N, encontrándose en parte de California, Texas y Nuevo México, en los actuales Estados Unidos; su límite meridional se encontraba hacia los 40º S, en Chubut, Argentina. Desde el siglo XV hasta la actualidad, El jaguar ha sido exterminado por el hombre fuera de las áreas más selváticas o inaccesibles.
En Argentina, hoy aun se encuentran ejemplares en las yungas, en la zona Chaqueña y en la Selva Misionera. En Texas apenas se encuentran unos pocos ejemplares en reservas cercanas a la frontera del Río Bravo. Su refugio más extenso se encuentra en la Selva Amazónica.
Originalmente habitaba desde la Patagonia hasta el sur de Estados Unidos, pero actualmente su distribución se ha reducido notablemente. Actualmente es visible en sitios poco habitados, cálidos de húmedos a subhúmedos, desde el estado de Texas (en EE.UU.) hasta el norte de Argentina.
En México, Centroamérica y norte de Sudamérica el jaguar solo habita los bosques colindantes con el Mar Caribe, sin embargo hay excepciones: en México todavía hay algunos en el estado de Sonora, también hay 50 ejemplares en la selva tropical del Pacífico costarricense.
Su distribución actual es muy fragmentada si se la compara con la distribución que tenía en la época colonial. Actualmente sólo es abundante en Centroamérica y en el Amazonas. Está extinto en Uruguay y en El Salvador, además su situación es crítica en numerosos países de su distribución.
Información adicional.
Al estar habituado a biomas selváticos con poca luz (aunque su área de dispersión llegó a abarcar praderas y estepas), posee ojos nictalopes, que permiten una notable visión en la oscuridad, merced a una membrana reflectante en el fondo del ojo que concentra la luz en el campo focal de la retina.
El fondo de su piel es a menudo de un color amarillo-anaranjado, con numerosos anillos o rosetas a los costados y manchas sobre la cabeza y el cuello. Es posible distinguir un P. onca de un P. pardus por la presencia de puntos dentro de las rosetas. Una condición conocida como melanismo puede causar que una P. onca se vea completamente negra (aunque las manchas permanecen visibles si se observa detenidamente). Estos ejemplares son conocidos como panteras negras, pero no conforman una especie distinta.
El jaguar adulto es un superpredador, por lo tanto se encuentra en lo más alto de la cadena trófica y no tiene predadores en estado salvaje. También está considerado como especie clave, teniendo en cuenta que estos félidos mantienen la integridad estructural de los sistemas forestales mediante el control de los niveles de población de sus presas, como mamíferos herbívoros y granívoros.[37] [67] Sin embargo resulta difícil determinar con precisión el efecto que tienen especies como el jaguar sobre los ecosistemas, pues es necesario comparar los datos de regiones donde la especie está ausente y sus hábitats actuales, a la vez que se controlan los efectos de la actividad humana. Se acepta que la población de las especies de sus presas de tamaño medio aumenta cuando no hay superpredadores, y se supone que esto tiene efectos negativos en cascada sobre su entorno.[68] Sin embargo, algunos estudios de campo realizados en lugares donde los grandes felinos están ausentes han mostrado que las variaciones podrían ser naturales y que los incrementos de población de sus presas podrían no ser significativos, por lo que la hipótesis del jaguar como especie clave no está apoyada por toda la comunidad científica
El Jaguar y la cultura.
El jaguar ha sido objeto de culto por gran parte de las culturas indígenas de México, América Central y Sudamérica. Los félidos fueron considerados como criaturas mágicas por muchas culturas en todo el mundo a lo largo de la historia.
En el México precolombino, los guerreros jaguar (guerreros profesionales aztecas pertenecientes a las clases bajas), portaban pieles de jaguar sobre la espalda a modo de distintivo en la batalla. El jaguar simbolizaba el decimocuarto día de cada mes en el calendario mexica. Para los aztecas era el animal asociado a la deidad Tezcatlipoca. En el yacimiento arqueológico de Teotihuacan existe un Palacio de los Jaguares, llamado así por las representaciones de estos félidos en su interior.[81] También hay representaciones de jaguares en otros yacimientos, como Teotenango, Chalcatzingo, Dainzú, Oxtotitlán, Cacaxtla, Xochitécatl, La Venta, Malinalco y Teopantecuanitlán. En el estado de Chiapas, el simbolismo de este animal ha perdurado hasta nuestros días y se manifiesta en el arte y los rituales de los pueblos indios chiapanecos.
En Mesoamérica, tenía un papel importante en la religión olmeca, evidenciado por numerosas representaciones de este animal en esculturas y estatuillas, en algunas de las cuales pueden contemplarse seres que son mitad hombre y mitad jaguar.[81] [82] En la cultura moche, del norte del Perú, era representado como un símbolo de poder en muchas de sus cerámicas.[83] Para la civilización maya eran los intermediarios entre los vivos y los muertos, compañeros en el mundo espiritual y protectores de los palacios reales. La palabra maya para jaguar es b'alam, que fue también incorporada al nombre de varios reyes mayas. En la ciudad maya de Chichén Itzá existen los «Templos del Jaguar», una «plataforma de las águilas y los jaguares» y el «trono de Kukulcán» con forma de este felino. Otras ciudades mayas con representaciones de jaguares son Yaxchilán, Ek Balam y Toniná. En la parroquia de San Miguel Arcángel, en la ciudad de Ixmiquilpan del estado de Hidalgo, existen diversas representaciones de jaguares y otros motivos prehispánicos
No hay comentarios:
Publicar un comentario